Es conocido por todos el poder que tiene el imperio dominante sobre nosotros, los Europeos, por lo que entendemos que hayamos adoptado Halloween como una de nuestras costumbres y además, cada año se instale un poco más en nuestras vidas.

Pero antes de que Halloween llegase a nuestra cultura, hacíamos algo completamente diferente, algo que el cristianismo adoptó de nuestros colegas latinoamericanos (mexicanos en gran medida) y le puso día de todos los santos, algo que quizá no sea tan divertido como ponerse un disfraz e ir paseando por la calle con una copa en la mano (que es lo que la mayoría hacemos pasada las 12 de la noche), pero que nuestros padres y abuelos siguen llevando a rajatabla.

Pero qué queréis que os diga, frente a estas tres opciones, yo me quedo con el día de los muertos, y si además podéis vivirlo en persona, en Mexico, increíblemente mejor.

El día de los muertos se celebra el día 2 de noviembre y los mexicanos lo festejan poniendo altares en sus propias casas, honrando la memoria de los que ya no están, decorados como no habréis visto nada en otro lugar del mundo y con un olor a naranja muy característico.

                                                                            

El mayor símbolo de esta fiesta es la calavera mexicana, que ya todos conoceréis, muy coloridas y sonrientes, llenas de humor y de diversión, están muy lejos de representar lo que pueden representar en nuestra sociedad, incluso puede parecer un insulto para nuestros mayores.

Si alguna vez vais a Mexico, os recomiendo que entréis en las tiendas de artesanías, dónde encontraréis el colorido y la vida de estas calaveras nada más abrir la puerta.